La depresión es un efecto colateral de estar muriendose.
Mi madre: Uno de los síntomas de la depresión es no tener interés en nada.
Yo: Déjame ver el reality, por favor. Es hacer algo.
Mi madre: Ver la televisión no es hacer algo.
Yo: Uf, mamá, por favor.
Mi madre: Hazel, eres una adolescente. Ya no eres una niña pequeña. Tienes que hacer amigos, salir de casa y vivir tu vida.
Yo: Si quieres que sea una adolescente, no me mandes al grupo de apoyo. Cómprame un DNI falso para que pueda ir a la disco, beber vodka y fumar porros.
Mi madre: Para empezar, tú no fumas porros.
Yo: Mira, eso lo sabría si me consiguieras un DNI falso.
-Literalmente -me dijo.
-¿Literalmente? -le pregunté.
-Estamos literalmente en el corazón de Jesús -añadió-. Pensaba que estábamos en el sótano de una iglesia, pero estamos literalmente en el corazón de Jesús.
-Alguien debería informar a Jesús -le comenté-. Vaya, puede ser peligroso almacenar en el corazón a niños con cáncer.
-Se lo diría yo mismo -dijo Augustus-, pero por desgracia estoy literalmente encerrado dentro de Su corazón, así que no podrá oírme.
-Imagínate la última vez que vas al hospital -le dije en voz baja-. La última vez que vas a conducir un coche.
-Estás cortándome el rollo, Hazel Grace -contesto Augustus sin mirarme-. Estoy intentando contemplar el amor juvenil en todo su torpe esplendor.
-Creo que está haciéndole daño en las tetas -le comenté.
-Si, es difícil determinar si esta excitándola o haciéndole una revisión de mamas.
Se arrodilló junto a la cama y me desenroscó del gran concentrador rectangular del oxígeno, al que yo llamaba Philip, porque tenía pinta de llamarse Philip.
Mi madre me enganchó a una bombona portátil y me recordó que tenía clase.
-¿Te lo ha pasado ese chico? -me preguntó de repente.
-¿Te refieres al herpes?
-Te pasas -me dijo mi madre-. Al libro, Hazel. Me refiero al libro.
Mi madre: Uno de los síntomas de la depresión es no tener interés en nada.
Yo: Déjame ver el reality, por favor. Es hacer algo.
Mi madre: Ver la televisión no es hacer algo.
Yo: Uf, mamá, por favor.
Mi madre: Hazel, eres una adolescente. Ya no eres una niña pequeña. Tienes que hacer amigos, salir de casa y vivir tu vida.
Yo: Si quieres que sea una adolescente, no me mandes al grupo de apoyo. Cómprame un DNI falso para que pueda ir a la disco, beber vodka y fumar porros.
Mi madre: Para empezar, tú no fumas porros.
Yo: Mira, eso lo sabría si me consiguieras un DNI falso.
-Literalmente -me dijo.
-¿Literalmente? -le pregunté.
-Estamos literalmente en el corazón de Jesús -añadió-. Pensaba que estábamos en el sótano de una iglesia, pero estamos literalmente en el corazón de Jesús.
-Alguien debería informar a Jesús -le comenté-. Vaya, puede ser peligroso almacenar en el corazón a niños con cáncer.
-Se lo diría yo mismo -dijo Augustus-, pero por desgracia estoy literalmente encerrado dentro de Su corazón, así que no podrá oírme.
-Imagínate la última vez que vas al hospital -le dije en voz baja-. La última vez que vas a conducir un coche.
-Estás cortándome el rollo, Hazel Grace -contesto Augustus sin mirarme-. Estoy intentando contemplar el amor juvenil en todo su torpe esplendor.
-Creo que está haciéndole daño en las tetas -le comenté.
-Si, es difícil determinar si esta excitándola o haciéndole una revisión de mamas.
Se arrodilló junto a la cama y me desenroscó del gran concentrador rectangular del oxígeno, al que yo llamaba Philip, porque tenía pinta de llamarse Philip.
Mi madre me enganchó a una bombona portátil y me recordó que tenía clase.
-¿Te lo ha pasado ese chico? -me preguntó de repente.
-¿Te refieres al herpes?
-Te pasas -me dijo mi madre-. Al libro, Hazel. Me refiero al libro.
Preciosas todas, te falta mi favorita " existen infinitos mas grandes que otros infinitos"..
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