lunes, 1 de octubre de 2012

Citas: Ciudad de Ceniza


Habían confundido la belleza con la inocencia y la bondad.

-Ah, vamos, Jace -exclamó Clary-. No puedes esperar que todo el mundo se comporte perfectamente. Los adultos también meten la pata. Regresa al Instituto y habla con ella. Sé un hombre.
-No quiero ser un hombre -replicó Jace-, quiero ser un adolescente dominado por la angustia que no puede enfrentarse a sus demonios interiores y por eso ataca verbalmente a otras personas.
-Bueno -se burló Luke-, pues eso lo estás haciendo de maravilla.

-El cuclillo -repitió ella-. Ya sabes, los cuclillos son parásitos. 
Ponen sus huevos en los nidos de otros pájaros. Cuando la cría nace, el bebé cuclillo tira a todas las otras crías fuera del nido. Los pobres padres pájaro se matan trabajando intentando encontrar comida suficiente para alimentar a la enorme cría de cuclillo que asesinó a sus pequeños y ocupa su lugar.
-¿Enorme? -dijo Jace-. ¿Me acaba de llamar gordo?
-Era una analogía.
-No estoy gordo.

-Sangre -dijo, medio para sí-. Tuve un sueño hace dos noches. Vi una ciudad toda de sangre, con torres hechas de hueso, y la sangre corría por las calles como agua.
Simón volvió bruscamente los ojos hacia Jace.
-¿Se pasa toda el tiempo junto a la ventana farfullando sobre sangre?
-No -contestó Jace-, a veces se sienta en en el sofá a hacerlo. 

-Bueno, pues yo no voy a besar el mundano -indicó Jace-. Preferiría quedarme aquí abajo y pudrirme.
-¿Para siempre? -dijo Simon-. Para siempre es una barbaridad de tiempo.
Jace enarcó las cejas.
-Lo sabía -repuso-. Quieres besarme, ¿verdad?
Simon alzó las manos con exasperación.
-Claro que no. Pero si...
-Imagino que es cierto lo que dicen -observó Jace-. No hay heterosexuales en las trincheras.
-Es ateos, imbécil -exclamó Simon, enfurecido-. No hay ateos en las trincheras.

-Ah, ya sabes. Jace me recuerda a un antiguo novio mío. Algunos tipos te miran con cara de querer sexo. Jace te mira como si ya lo hubieseis hecho, hubiera sido fantástico y ahora sois sólo amigos... incluso aunque tú quieras más. Vuelve locas a las chicas. ¿Sabes a lo que me refiero?

-¿Sabes?, se me ocurrió algo cuando estaba hablando con Isabelle hace un rato. Le he dicho que no podía saltar por la ventana... y que no lo intentara o se mataría.
Jace asintió. 
-Un buen consejo de hermano mayor.